domingo, 5 de diciembre de 2010

Fiesta académica

Oscar, pasando por encima de todos los protocolos, fue el primero en acercarse a abrazar a reconocer el éxito de Alixon. No pudo esperar la lectura del veredicto por parte del jurado, le bastó escuchar y ver la propiedad conque su padre manejo su proyecto de renovación integral del programa de gimnasia y los comentarios que al respecto realizaron jurado y publico para atravesar la sala y decir señores ¡Ese es mi padre! Con el permiso que otorga la ingenuidad, se apresuró a apoyarlo en ese trance y disfrutar junto a él, el reconocimiento de su acierto.
Pero la iniciativa de este bebé, quien todavía debe esperar unos meses para paladear la torta de su segundo cumpleaños, es apenas la escena más llamativa del cálido día en el que la séptima cohorte de generación de relevo demostraba la talla de su integración y propiedad intelectual, con la cual manifestaban su interés de hacer vida docente en el pedagógico de Maturín.
No fue un acto de oposición a la universidad, sino el momento cumbre de un proceso formativo en el que estos noveles profesores demostraban la consistencia de su decisión de casarse con la universidad pedagógica.
Se trato de algo más que un acto público, fue un acto institucional – familiar, en donde campearon las más profundas emociones. La mas engalanadas manifestaciones intelectuales y las mas promisoras rutas de futuro para el instituto fueron expuestas por los relevistas y tal como advertía Celso Medina, dedicadas a los alumnos, objeto fundamental de la existencia de todo este conglomerado de seres que le damos vida a esta entidad formadora.
Los nuevos decentes de esta casa de estudios invitaron a su boda con esta academia a sus familiares y amigos, quienes no solo disfrutaron el espectáculo, sino que trabajaron en él, esposas y hermanos ayudaron a los relevistas en sus exposiciones. Madres, profesores, alumnos y autoridades repartían bebidas y alimentos para aliviar la larga jornada que arrancó antes de las 8.00 am y termino acercada las 10.00 pm
Padres, madres, hermanos, cuñados, otros familiares y amigos escucharon con atención las clases que sintetizaban, al menos los últimos dos años de su vida, y que además comprometían la carrera profesional de los candidatos, que tanto el programa de generación de relevo como las familias exponían al escrutinio de los jurados que representaban a la universidad toda.
Neida Montiel, comprometida por partida triple con la tutoría de dos relevistas y como subdirectora responsable del programa, compartió con presencia y comentario múltiples toda fiesta académica
Zory Herrera, tratando de mantener con formalidad el horario de las clases, fue la maestra de ceremonia y orden, tratando de disimular el instinto materno académico conque llevo el programa a lo largo de los dos años de formación.
Maria Gabriela franco, Erliz Aceituno, Yolímar Herrera, Olivia Urriola, Violiseth Ramírez y Nathaly Pelayo, bien jurados o tutores, revivieron emociones y experiencias de su propia formación, cuando les toco transitar por estos mismos senderos de relevo y marcar su existencia con estos mismos momentos.
Ana julia Mota, Nino Omogroso, Cliomaris Sánchez, Greisis Lozada, Jose Sancler, Edmundo Zapata, Amarilis Guilarte Grisel Parra, Patricia Centeno, Celso Medina, Idalia Medina, Juan Orihuela, Lisbeth Cedeño, Wilfredo Gonzalez, Haydé Daniels lentamente y con mucha atención fueron descubriendo las flores intelectuales que produjo este jardín durante los primeros dos años de vida, mientras que con propiedad profesional cada uno de lo relevistas exponían las clases que nos tenían preparadas.
Los familiares vieron convertido en realidad perceptible e inolvidable los sacrificios que sus embajadores en el programa habían realizado en esos dos años, entendieron la importancia del trabajo que estos realizan y conocieron la calidez con que queremos trabajar en el instituto.
Nosotros conocimos a las familias que respaldan a nuestra gente, sentimos sus seres vibrantes y nos comunicamos y realizamos a través de las creaciones que cada uno de estos nuevos profesores universitarios pasearon a través de nuestras sensibilidades e intelectos, reconstruyendo y ratificando la experiencia que ufana.
Aquí nadie se aprendió una lección para exponerla al azar, aquí nadie se aprendió al exacto algún programa de estudios para recitarlo entero o por partes ante un jurado que quiere ver en el candidato a profesor a otro igual que él.
El sentido continuista que reside en el concurso de oposición, en donde a ningún candidato se le ocurre dudar o criticar los programas, regularmente creaciones o ratificaciones de los jurados, queda aquí totalmente denunciado como mecanismo incompetente para que la universidad crezca a través de las nuevas adquisiciones de personal.
Aquí en generación de relevo la crítica, la duda, la otra visión, la creación, tienen total cabida, toda vez que no se trata de un examen, sino de un proceso formativo y de crecimiento, tanto para el candidato, como para el tutor y el equipo de docentes que termina gravitando alrededor de los relevistas en sus dos años de formación.
Aunque nadie lo quiera reconocer, la formación de la generación de relevo, nos forma también a nosotros, nos da brío de cambio, nos da reto para mantenernos flexibles al aprendizaje, nos da oportunidad de dialogar y crear y en general nos permite construir un mejor nicho de trabajo, probablemente un micro nicho, pero es una razón para no olvidar la sentencia de Celso, en tanto que somos, sólo por razón de los alumnos.
Insisto en esto, por cuanto en uno de los varios comentarios de Neida, ella dio a conocer lo que parece una posición de la universidad, sobre atenerse al mandato de la ley de universidades sobre los concursos de oposición, sin importar que los mismos son piezas de museo que no garantizan las cualidades académicas de los candidatos que puedan ganar los concursos.
Está probado por teoría y realidad que la garantía de calidad de un docente, reside en su capacidad de crear y recrearse a sí mismo en todo momento y un concurso de oposición está totalmente incapacitado de detectar esta cualidad como atributo para la selección del mejor candidato.
Esta aparente intención de las autoridades de la universidad pedagógica, de disminuirse, o más bien someterse a un marco legal contraproducente, luego de haber creado otra opción que supera al concurso de oposición, o que en todo caso puede modificarlo con nuestra experiencia, no es más que parte del proceso de silencio nacional, frente a la imposición de empequeñecimientos que a la larga nos convertirán en un país retrasado, aún más retrasado de lo que fuimos cuando disfrutábamos de libertad de estímulos para crecer.